La cena después de los 60 años no debe verse como un momento de exceso, sino como la última oportunidad de nutrir el organismo sin sobrecargarlo antes de dormir. Un plato ligero pero completo estabiliza el nivel de azúcar y favorece un descanso de calidad.
La dieta nocturna mantiene el principio de equilibrio: variedad vegetal, volumen moderado de proteínas y mínima cantidad de carbohidratos simples. Un plato pequeño, sabroso pero ligero, es la clave para un sueño tranquilo y un despertar fresco.
Principios de una cena ligera
- No más tarde de 2–3 horas antes de dormir
- Plov de arroz integral con verduras: sofreír el arroz con cebolla y zanahoria; añadir guisantes y albahaca; servir con pechuga de pollo a la parrilla o filete de tofu.
- Ensalada de pescado ligeramente curado: mezcla de hojas verdes, pepino y aguacate; trozo de salmón ligeramente curado; aliño de yogur y zumo de limón.
- Sopa crema de verduras tibia: calabaza, calabacín y pimiento cocidos y triturados; unas gotas de aceite de oliva y una pizca de tomillo.
Beber agua en pequeños sorbos y terminar la cena con una taza de té de hierbas (manzanilla, melisa o menta). Esta bebida ayuda a relajarse, reduce la tensión muscular y prepara el cuerpo para el descanso.
Consejos adicionales
- Planificación semanal: elabora una lista de 5–6 opciones de cena para alternar con facilidad.
- Control de porciones: utiliza un plato de tamaño similar al de la palma de la mano para evitar excesos.
- Aromas y ambiente: por la noche baja la luz, reduce ligeramente la temperatura ambiente y disfruta cada cucharada en calma.
Diseñar la cena alrededor de platos ligeros y nutritivos y tés de hierbas contribuye a mantener un sueño reparador y a recargar energías para el día siguiente. Una correcta organización de la cena es clave para la salud y el bienestar después de los 60 años.